Rainy spring

Mala costumbre ésta que estoy adquiriendo de escribir de semana en semana... Esto no puede ser, ¡no señor! La verdad es que ha sido una semana intensa, que comenzó el lunes con el famoso quiz.... Como me imaginaba, preguntillas de nivel intelectual elevado. Los participantes se juntan por el simple y puro placer de jugar, vamos, que no hay premio alguno. Es más, cada jugador pone una libra y el total va a parar a un proyecto de caridad, lo cual está muy bien. El concurso fue muuuuy divertido y mis compañeros de equipo resultaron ser culturetas de nivelazo, alguno de ellos incluso bastante freak, con lo que me sentí como en casa (esto va por vosotros, Josemi y Eneko... con lo que os echo de menossss!) Afortunadamente, aporté mi granito de arena para algunas respuestas, con lo que no me fui a casa con la moral por los suelos. Mi respuesta estelar consistió en adivinar el título de una canción interpretada por Metallica... yo... que ni siquiera me gusta Metallica!!! Eso sí, deje a mis compis de equipo flipados y nos llevamos unos cuantos puntos, que es lo que importa... :-)))

El martes terminé con el curso de creative writing, leyendo nuestros poemas (entre mis compañeros hay auténticos talentos, lo digo en serio; qué injusto es el mundo editorial y cuánta morralla se edita que deja de lado auténticas joyitas...), intercambiándonos nuestros mails y con penita. Han sido pocas semanas pero lo hemos disfrutado mucho, y a mi me ha servido para practicar esta lengua anglosajona que me suele traer por la calle de la amargura algunas veces en la escritura...

De vuelta en el periódico, el horno no está para bollos. Ahora menos que nunca. Hoy estaba previsto que se anunciaran las secciones en las que se van a producir los recortes de puestos de trabajo hasta un total de 25. Al parecer, muchos de los currelas del periódico semanal han presentado su dimisión, lo cual no quiere decir que la compañía vaya a aceptarlas... En realidad, es un sistema curioso. Uno puede solicitar marcharse, pero la empresa siempre tiene la última palabras. Es más, estoy convencida de que hace semanas que sabe perfectamente dónde quiere recortar los trabajos... En fin... Veremos qué se cuece en las próximas semanas. De momento, yo me quedo hasta finales de junio. Como no me pagan, están muy contentos...!

Ayer me fui a Glasgow a pasar el día, con la importante misión de encontrar locales donde se vendieran muebles diseñados por profesionales escoceses. Había estado en Glasgow una vez en mi vida, de noche y víspera de fin de semana, con lo que entre el lío de encontrar el hotel y el follón de toda la gente borracha por la calle, no me pareció una ciudad muy amable... Lo cierto es que tiene muchísima vidilla y lugares fascinantes, como The Light House, un edificio mitad galería de exposiciones de arte moderno, mitad tienda de venta de artículos de diseño-súper-mega... Al margen, encontré sitios chulísimos, con cosas que puedes comprarte o no, pero que realmente son muy originales... De hecho, Glasgow parece ser la ciudad artística y musical de Escocia por excelencia, pese a la fama que tiene de peligrosilla, mientras Ediburgo se empeña en mantener su monumentalidad y quedarse con la baza del teatro... Habrá que investigar más a fondo. Por cierto, la foto al comienzo de esta entrada pertenece a una especie de mosaico a la entrada del baño de chicas en la estación de tren... mono, ¿eh?

El finde se presenta tope lluvioso y helador, lo cual me viene de perlas para 'viajar' a Ikea y reponer los vasos que me cargué por accidente durante mi cuarentena griposa y que ha resultado que es el único lugar de Edimburgo donde tienen algo parecido... El domingo, una doble sesión de Watchmen y Sin City en el Cameo Cinema (al que me he aficionado total) tiene bastantes boletos y el lunes me voy con mi compi de At Home a un espectáculo de danza contemporánea y hip-hopera que tiene muy buena pinta... Espero que, entre medias, salga un poco Lorenzo para poder dar una vuelta y respirar aire primaveral...

Happy finde to everyone!